ECONOMÍA VERDE UNA PROPUESTA PARA SALVAGUARDAR LA VIDA EN EL PLANETA
RESUMEN
Muchas organizaciones en el mundo dedican sus
esfuerzos a la presentación de planes y propuestas que permitan la conservación
del planeta y sus habitantes basadas en la preservación del ambiente, y
atacando específicamente la causa del calentamiento global, producto del efecto
invernadero. Todos estos esfuerzos deben ser bienvenidos, las propuestas
convertirse en hechos tangibles y la población mundial en pleno debe estar
sensibilizada sobre su papel como individuo en este escenario. Sin embargo,
detrás de todo esto existen intereses de orden económico que de manera
importante afectarían las economías de naciones enteras, y es allí donde se
presentan las principales trabas para la aplicación de programas
conservacionistas. Este ensayo, basado en una revisión documental y en análisis
de fuentes bibliográficas, se propone mostrar los principales aspectos que a
criterio del autor, deben ser considerados en una eco-economía, término introducido
por Brown en el año 2006, o en una economía verde, para ello se presentan
algunas reflexiones sobre la economía mundial en la actualidad, para luego
presentar algunas ponderaciones sobre
las variables que están estresando al planeta en cuanto a cambio climático y
las bases biológicas. Se consideran los
aspectos relacionados con un nuevo orden económico mundial en cuanto a
combustibles, nuevos materiales, alimentación de la población, protección de
los bosques y rediseño de las ciudades. Finalmente, se reflexionó sobre la
estabilización de la población mundial, la reglas para reestructurar la
economía y aceleración del proceso de transición.
Palabras
claves:
economía, ecología, preservación de vida.
GREEN ECONOMY, A PROPOSAL TO SAFEGUARD THE LIFE ON THE PLANET
ABSTRACT
Many organizations around the world dedicate their efforts to the
presentation of plans and proposals for the conservation of the planet and its
inhabitants based on the preservation of the environment, and specifically
attacking the causes of global warming, inflicted by greenhouse effect. All
these efforts are to be welcomed, the proposals become tangible facts and in
the world population must be sensitized on their role as an individual in this
scenario. But behind all this there are interests of economic order that
significantly affect the economies of entire nations, and that is where the
main obstacles to the implementation of conservation programs are presented.
This essay, based on a literature review and analysis of literature sources,
aims to show the main aspects to the author, should be considered in an
eco-economy, a term introduced by Brown in 2006, or a green economy, for that
some reflections on the present world economy are presented, then present some
considerations on the variables that are stressing the planet on climate change
and biological bases. Then some aspects of a new world economic order as to
fuels, new materials, feeding the population, protection of forests and
redesign of cities are considered. Finally, reflected on the stabilization of
the world population, rules for restructuring the economy and acceleration of
the transition process.
Keywords: economy,
ecology, life preservation.
1.
INTRODUCCIÓN
La relación existente entre
las ciencias económicas y la ecología, debe estrecharse y consolidarse ya que,
el crecimiento de la primera y la degradación de la segunda, conspiran contra
la estabilidad de una población mundial que de acuerdo a consulta realizada en
Pirámide de la Población Mundial(2016) asciende a 7.432.663.00, de los cuales el
50.4% es masculino y el 49.6% femenino, estas cifras nos indican, entre otras
cosas, que en algunos meses la población mundial estará cercana a los 8 mil
millones de habitantes, ocupando espacios en un planeta que no crece, cuyos
recursos naturales son escasos, y donde la producción de alimentos no es suficiente
para satisfacer los requerimientos mínimos necesarios de cada individuo; como bien nos menciona Fukuyama,(2002) “si se mantienen las pautas de natalidad y
mortalidad actuales, en el año 2050 el mundo ofrecerá un aspecto
sustancialmente distinto del que presenta hoy”. (p 104). Y esa distinción se
presentará de manera no deseada si no se toman las medidas para garantizar una
vida sustentable en el planeta.
Lo anterior nos indica que
se deben generar los recursos para que semejante cantidad de personas se
sostengan de manera satisfactoria, no es difícil entender que la generación,
producción y distribución de recursos requieren de un importante apoyo
económico tanto de los gobiernos de las naciones como del sector privado, es
aquí donde los ambientalistas creen
entonces que la economía es un apéndice o subconjunto del desarrollo, sin embargo los economistas piensan que es
precisamente gracias a ellos que se produce el desarrollo, siendo este un
subconjunto que se deriva de economías sanas y rentistas.
Para aclarar semejante
polémica es preciso decir que la teoría económica y sus leyes no explican el
calentamiento global, ni el efecto invernadero tampoco nos dicen las razones
del derretimiento de los glaciares y menos explica la desaparición de millones
de especies de la faz de la tierra. Por lo tanto, pareciese que la economía y los
sistemas naturales permanecerán en conflicto, y que el crecimiento de la
economía mundial la puede llevar a un declive permanente, ya que el
comportamiento de esta no se adapta a las nuevas tendencias del desarrollo.
Para evitar el desastre, ecologistas
y economistas deben trabajar unidos en lo que llamaremos la “verderización” de
la economía, que no es más que la unión de dos grandes ramas del saber que
siempre surcaron caminos distintos y que hora el momento les exige trabajar en
conjunto por esa eco-economía necesaria sobre todo para garantizar la calidad
de vida de los futuros habitantes del planeta. La brecha entre economistas y
ecologistas no puede seguir creciendo. Esto no parece tarea fácil debido a que
estos profesionales pueden mirar un mismo objeto de estudio de manera muy
distinta, por ejemplo, el economista estudia el costo y los beneficios de
producir el combustible, el ecologista estudia los daños que esta causa al
ambiente. Esta integración, para que sea
exitosa, debe tener como premisa la consideración de que, la economía es un
subconjunto de la ecología, sin restarle importancia a las ciencias económicas.
2.
Desarrollo
En este momento es bueno preguntarse ¿Que hacer para relacionar
la economía con la ecología como medio para salvar el planeta? Para responder a
esto podemos decir que pasamos mucho tiempo preocupándonos por nuestros
déficits económicos, pero son los déficits ecológicos los que amenazan nuestra
economía en el largo plazo. Los déficits
económicos los cubrimos afectando económicamente a nuestros “epocales”, pero
los ecológicos los trasladamos a las personas del futuro, la transformación de
esta economía, ambientalmente destructiva, requiere de un giro Copernicano en
nuestro mentalidad económica, y el reconocimiento de que la economía es parte
de los ecosistemas y que la tierra solo
puede sostener el progreso si la economía se reestructura de manera que sea compatible
con ella. En este sentido, Naredo (2011) nos dice:
Existen
dos posibilidades de hacer que la gestión económica considere esa parte oscura
de los procesos. Una, tratando de iluminar los elementos que la componen
mediante prácticas de valoración que permitan aplicar sobre ellos el
instrumental analítico habitual de los economistas que razona en términos de
precios, costes y beneficios monetarios efectivos o simulados. Otra, adaptando
a las exigencias de la gestión el aparato analítico de disciplinas que, como la
ecología o la termodinámica, se preocupaban ya de aclarar lo ocurrido en esa
parte oscura del proceso económico. (p. 237)
Desafortunadamente en la
actualidad no se ha desarrollado un marco conceptual que permita este tipo de
economía, para ello se hace necesario que se conozcan y sobre todo comprendan
algunos términos propios de la ecología tal como, rendimiento sostenible,
capacidad de carga, ciclos de nutrientes, ciclo hidrológico y cambio climático,
solo por mencionar algunos.
Para darle forma a esta eco-economía se debe establecer
una relación entre los científicos ecologistas y los encargados de desarrollar
los proyectos económicos de forma tal que los primeros evalúen los impactos
ambientales de los grandes proyectos antes de sus ejecución, un economista no entrenado
en ecología tiene altas probabilidades de que
los proyectos que desarrolle, tengan algún impacto negativo sobre el
ambiente; así mismo la economía mundial, en la actualidad, se guía por las
tendencias del mercado, no tomando en cuenta los principios de la ecología.
Lamentablemente, al no reflejar los costos ecológicos el mercado ofrece
información engañosa para los tomadores de decisiones en todos los niveles
económicos. Es en base a esto que la economía se mueve según Foladori (2001):
Con
ritmos basados exclusivamente en la dinámica de los precios, los cuales se
contraponen con los ritmos naturales. Es necesario, por tanto, que la actividad
económica contemple los diferentes ritmos naturales y, con ello, la distinción
entre recursos naturales renovables y no renovables. (p 137).
En este sentido el reto
seria tomar a la naturaleza como modelo para el diseño de la nueva economía
mundial acorde con las demandas del ecosistema más que del mercado.
Hay suficiente evidencia
acumulada que muestra que la economía global está siendo lentamente socavada en
varias de sus aristas, si queremos continuar con una economía en progreso, no
nos queda otro remedio que, de manera sistemática, reestructurar la economía
mundial con el fin de que sea ambientalmente sostenible. Esto es una tarea
monumental, titánica, majestuosa, es una labor sin precedentes ya que se han
realizado muchas transformaciones económicas pero ninguna basada en los
principios de la ecología, sobre todo con las proyecciones esperadas del
crecimiento económico.
Así para que podamos ver a
la eco-economía como un paradigma emergente, se requiere de un cambio sistémico
de las señales de mercado acordes con los principios de sostenibilidad ecológica.
La reestructuración de la economía, debe
pasar por tres aspectos fundamentales, energía, materiales y alimentos; estos
aspectos se convierten en las categorías emergentes del nuevo paradigma que
llamaremos, “verderización” de la economía; en el caso de la energía pasar de
los combustibles fósiles, del carbón y el gas natural, a los aerogeneradores, a
las celdas solares y a la geotérmica no es fácil de imaginar. En el caso de los
materiales la cosa es distinta ya que, a groso modo, hay que pasar linealmente
de la industria de extracción de minerales o de la tala de un bosque, a la
industria del reciclaje emulando, como mencionamos anteriormente, a la
naturaleza donde nada se desperdicia. En el caso de los alimentos, los grandes
cambios no son en su estructura, pero si en el modelo de gestión del sector.
En el caso de la energía
verde, o fuentes alternas de energía, la inversión en investigación y
desarrollo para sentar las bases de una energía eficiente, donde los
combustibles fósiles deben ser sustituidos por la energía solar, la eólica, hidráulica,
geotérmica y/o mareomotriz; los gobiernos del mundo en unión con los centros de
investigación públicos y privados, deben apoyar y presentar sus proyectos que
permitan la masificación de las energías alternativas para mover al mundo.
En este orden de ideas, la
creación de nuevos materiales, y la mejora de los existentes, teniendo como
meta el cien por ciento de “reciclabilidad”, incentivando fiscalmente a las
empresas que reciclen, y aprovechando las bondades de la nanotecnología, debe
ser una de las acciones conjuntas de las comunidades y gobiernos del mundo. Se
hace énfasis en el reciclaje de materiales en función del impacto positivo que
representa una política sobre el tema.
Por otro lado, el derecho a
una alimentación adecuada, balanceada y de calidad, debe ser un artículo común
en todas las constituciones de las naciones del mundo, en la actualidad según
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación, FAO (2015),
más de 1.2 billones de personas en el mundo presentan algún tipo de
desnutrición, En su forma primaria, el hambre es un problema netamente de
productividad. Por lo general la gente tiene hambre porque no se producen
suficientes alimentos, y/o porque no tienen suficientes ingresos para comprarlos.
Las políticas económicas
dedicadas a reducir el hambre en el mundo deben incluir necesariamente un
control del crecimiento de la población, en ese sentido para Brown (2006), “Demográficamente,
la mayoría de los pobres del mundo viven en países con poblaciones en rápido
crecimiento, donde la pobreza y el crecimiento demográfico se refuerzan entre
sí” (p. 147). Esto es un indicativo de que, para garantizar la alimentación de
la población mundial, esta debe controlar su crecimiento, con estrategias para
controlar la fertilidad, campañas educativas, y de divulgación.
Adicionalmente, se debe
considerar de manera muy seria las consecuencias que el cambio climático trae
sobre la productividad global de alimentos, para Cabrera (2014) “el aumento de
la temperatura promedio del planeta para el año 2100 estará entre 1,4° y 4,8° C”,
(p. 85), tal incremento tendrá incidencia directa sobre la producción,
disponibilidad, estabilidad del mercado de alimentos, acceso a alimentos y utilización
de los mismos. Esto debe considerarse no
como un riesgo futuro ya que el cambio climático está en pleno desarrollo,
paradójicamente los países que menos contribuyen con los efectos negativos del
calentamiento global y el cambio climático son los más afectados por sus
consecuencias, en ese sentido en el informe sobre La Cumbre Mundial de
Seguridad Alimentaria, realizada en Roma en 2009 se concluye entre otras cosas
que “es probable que tal efecto sea inmediato y grave sobre la seguridad
alimentaria en el hemisferio Sur, donde la oferta alimentaria podría ser
notablemente inferior a la actual, ya de por sí insuficiente”(p. 16).
3.
Reflexiones
Finales
Estamos convencidos de que
se deben hacer cambios importantes en la economía mundial y muchos de estos
cambios deben comenzar a realizarse ahora mismo, aunque a mayoría de las
escuelas de pensamiento económico reconocen, que en la actualidad existe una
crisis ambiental, aunque discrepen en el grado de profundidad y en las medidas
correctivas que se deben tomar, la construcción de una eco-economía afectará a
todas las facetas de nuestras vidas. Estos cambios alterarán la forma en que
encendemos nuestros hogares, lo que comemos, como nos trasladamos, cómo usamos
nuestro tiempo de ocio, y el número de hijos que tenemos. Eso nos dará un mundo
donde somos parte de la naturaleza, en lugar de sentirnos distanciados de ella.
Una economía que no está en sintonía
con el ecosistema del planeta se presenta antagónica y profundamente
contaminante, perjudicial, y en última instancia autodestructiva, la base
actual, es decir los combustibles fósiles, y la economía de usar y botar, debe
cambiar para preservar la vida en el planeta. En el mundo occidental se ha
elevado el nivel de vida de una quinta parte de la humanidad a unos niveles que
nuestros antepasados jamás podían imaginar, proporcionando una dieta muy
variada, con nuevos materiales y una movilidad física que ni el mismo Da Vinci
pudo imaginar. Pero desgraciadamente, en un futuro no muy lejano, esto no
funcionará para esa mencionada quinta parte de la población mucho menos para el
mundo entero.
Tres grandes categorías
deben emerger con miras a salvaguardar la vida en el planeta, la primera se
refiere a un cambio radical en la forma de transformar la energía llevando a
niveles mínimos el uso de los combustibles fósiles permitiendo de esta manera
frenar los efectos negativos del cambio climático; la otra se refiere a una
política de reciclaje que busque materiales que permitan su rehúso de manera
indefinida, dando descanso a la explotación natural y la contaminación natural,
la última y más importante, se refiere a la garantía de una alimentación con la
calidad y cantidad adecuada para la totalidad de la población mundial,
aumentando la productividad de los distintos rubros alimenticios, acompañados
con políticas proteccionistas del ambiente; este paradigma emergente debe estar
acompañado, para ser exitoso, de un control de la fertilidad, que permita
mantener niveles de población mundial acorde con los niveles productivos, Según
cifras de la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura
(FAO), para el año 2050 habrán en el mundo 9.100.000.000 millones de habitantes
que deben ser alimentados de manera adecuada, lo cual si no se toman las
medidas adecuadas se convertirá en una tarea muy difícil de cumplir.
4. Referencias
Brown, L. (2006). Plan
B Rescatando un Planeta estresado y una Civilización en Problemas. NY: WW,
Norton & Co.
Cabrera, O. (2014).
Fuentes Alternas de Energía, UBV Caracas.
FAO (2009). Cumbre
Mundial Sobre la seguridad Alimentaria 2009, (documento en línea)
http://www.fao.org/wsfs/cumbre-mundial/es Consulta: 28 de Septiembre 2016.
Foladori, G. (2001). Controversias
Sobre Sustentabilidad, la coevolución sociedad- naturaleza, Universidad
Autónoma de Zacatecas.
Fukuyama, F. (2002). El
fin del hombre: Consecuencias de la Revolución Biotecnológica. Barcelona: Ediciones B.
Naredo, J. (2011). Fundamentos
de Economía Ecológica. Edición electrónica revisada, CIP Ecosocial.
Piramide
de la Población Mundial, (documento en línea) https://populationpyramid.net/es/mundo/2016/
Consulta: 21 de septiembre 2016.
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